Entrevista a Claudia Zendejas-Morales, impulsora de la computación quántica en México y Latinoamérica, desarrolladora de la plataforma de programación Tequila, mentora de QWorld e IBM-Qiskit Advocate
Imagina una máquina que resuelva problemas que las supercomputadoras más potentes del mundo tardarían la edad del universo en solucionar. Aunque suene a ciencia ficción, ese es uno de los superpoderes que prometen las tecnologías cuánticas emergentes. Estas tecnologías, como la computación cuántica, están en el proceso de salir de los laboratorios a la industria y en México ya se están dando pasos firmes para formar parte de este futuro disruptivo.
Una de las científicas mexicanas, pioneras, es la física e ingeniera en computación, Claudia Zandejas Morales. Su formación comenzó en ingeniería de software, pero fue un curso de mecánica cuántica el que despertó en ella la pasión por la computación cuántica. Desde entonces, se ha construido un perfil académico y profesional sólido, participando en programas como USEQIP (Universidad de Waterloo), el programa de mentoría de QOSF (donde colaboró con el grupo The Matter Lab de la Universidad de Toronto) y las escuelas de verano de IBM Quantum.
«Ya como estudiante de física, vi mecánica cuántica y me pareció fascinante el tema. Allí, en esa primera clase, nos hablaron de la computación cuántica y me empecé a involucrar mucho en ese campo, me puse a buscar activamente cómo aprender al respecto. En mi escuela había poco o nada sobre computación cuántica. Entonces yo, por mi cuenta, empecé a buscar cursos especialmente en línea y me fui involucrando con diferentes personas e instituciones que se dedicaban a la computación cuántica y a partir de allí he participado activamente en ese campo», nos cuenta Claudia con mucho entusiasmo. «El acceso a internet ha sido fundamental, es lo que me ha permitido entrenarme y participar como desarrolladora o mentora en proyectos como el de Quantum Open Source Foundation; allí tuve la oportunidad de participar en el proyecto Tequila y, a partir de ese proyecto, publicamos un artículo en el IoP science».
Todo ese periplo formativo, Claudia lo ha venido combinando con un esfuerzo titánico de promover e impulsar la educación en las tecnologías cuánticas en México y el resto de América Latina. Así, Claudia se convirtió en Qiskit Advocate (Qiskit es la plataforma de programación de computación cuántica de IBM), además de colaborar con iniciativas educativas como Quantum Flytrap, Qubit by Qubit y QWorld, ejerciendo su labor desde una visión inclusiva y en español. Claudia ha desarrollado contenido educativo, traducido al español la documentación de Qiskit y ha sido coordinadora de cursos de cómputo cuántico en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en los próximos meses se unirá a la Universidad de Copenhague en el programa de Quantum Information Science.
«Hace unos años no había nada y ahora hay algo que va creciendo poco a poco. Gracias a personas como Alberto Maldonado hemos impulsado la computación cuántica en México y creado una comunidad. Él organizó el primer Festival de Otoño Qiskit en 2021 y desde entonces lo hemos organizado todos los años. Él nos ha impulsado a juntarnos y así ubicamos a una profesora de una universidad de otro estado que también hace computación cuántica y yo contacté a otras personas de la facultad de ingeniería de la UNAM interesados en el tema. Así ha ido creciendo la comunidad de computación cuántica en México, organizando cada vez más eventos de computación cuántica».
Una de las experiencias que más ha marcado a Claudia fue su participación en QClass 23-24, una iniciativa que, durante dos semestres, ofreció formación avanzada y gratuita en computación cuántica a estudiantes de contextos muy diversos.
«Lo que más me ha dado satisfacción ha sido coordinar un evento de Qworld que se llamó Qclass 23-24. Organizamos una serie de cursos a nivel de postgrado que duró dos semestres. Además de ser mentora, fui profesora y preparaba los exámenes y el contenido se dio utilizando Qiskit. Participaron más de 1500 estudiantes de más de 100 países y de muchos historiales profesionales diferentes. Realmente fue muy gratificante, otorgamos certificados. Porque esa es la idea: apoyar a los demás; y obviamente que como es un evento de Qworld era totalmente gratuito».
Una red para impulsar la computación cuántica en México
Recientemente, Claudia coorganizó, junto con el Dr. Alberto Maldonado y otros colaboradores, un evento nacional que reunió a estudiantes, docentes, investigadores y representantes de la industria, todos con un objetivo común: aprender, colaborar y abrir nuevas oportunidades en computación cuántica. Y lo más destacable: todo se hizo en español y con enfoque inclusivo.
Una de las grandes barreras para aprender computación cuántica en América Latina es el idioma. La mayoría de los recursos están en inglés, además de tratarse de conceptos complejos. Por eso, el evento se centró en crear espacios de aprendizaje en español, explicando los conceptos de forma clara y amigable. Claudia y colaboradores revelan en un artículo publicado en la IEEE, que esto permitió a más del 76% de los participantes —la mayoría sin experiencia previa— sentirse cómodos de sumergirse en el campo.
Los perfiles de los asistentes fueron muy diversos: estudiantes de licenciatura, maestría, preparatoria, profesores, profesionales e incluso personas del sector público. Hubo representación de más de 40 universidades, algunas incluso fuera de México. Y lo mejor: muchas mujeres y personas no binarias también participaron activamente, reforzando la necesidad de construir un entorno diverso en el ámbito científico.
Un objetivo clave del evento era crear una red de colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas. Hoy la red es una realidad pujante que cuenta con la participación de organizaciones como el Centro de Estudios de Computación (CECAv) de la UNAM, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Tecnológico de Monterrey y compañías como IBM Quantum, Xanadu, Quantinuum y Unitary Fund.
«A través de la red hemos logrado que en la escuela de verano de la facultad de ingeniería ya contemos con cientos de asistentes. Cada vez estamos llegando a más personas y formando a muchas más; la red y la escuela de verano van creciendo y se nota en los números, es muy emocionante. Cada vez más personas se interesan con el tema y ya hasta tenemos estudiantes interesados en hacer su tesis en computación cuántica».
Construyendo comunidad cuántica en América Latina a través de Qiskit
La historia de Claudia con Qiskit es un claro ejemplo de cómo el acceso temprano a recursos educativos puede despertar una vocación y abrir puertas a la colaboración activa dentro de una comunidad tecnológica global. Lo que comenzó como una participación curiosa en eventos abiertos, pronto se transformó en una trayectoria de contribución significativa, mentoría y liderazgo en la localización de contenidos para el mundo hispanohablante. Su involucramiento con Qiskit no solo la formó técnicamente, sino que también le brindó el espacio para amplificar su impacto educativo.
«Principalmente, yo aprendí computación cuántica con Qiskit, sobre todo en sus inicios. IBM hizo un gran esfuerzo en dar a conocer su plataforma y organizó muchos eventos como la escuela de verano, el festival de otoño, y el advocate. Yo he participado en estos eventos a nivel de participante y luego como parte del staff. De allí me convertí en Qiskit advocate y así puede comenzar a contribuir como mentora y traduciendo diferentes materiales al español, como tutoriales, libros de texto y cuadernos de programación para los eventos. Así llegué a formar parte del equipo central del proyecto de localización y así me fui involucrando».
Mujer, latina, científica: retos y victorias en computación cuántica
Además de su compromiso con la educación abierta y la computación cuántica, Claudia Zendejas-Morales ha enfrentado desafíos que van más allá de lo técnico. Ser mujer y provenir de América Latina le ha significado, en más de una ocasión, enfrentar prejuicios de género y discriminación por origen. Su testimonio refleja una realidad persistente en el mundo STEM: tener que demostrar constantemente la validez del propio conocimiento, ser ignorada en espacios de colaboración o ser juzgada por el apellido o el país de origen.
Sus palabras nos recuerdan por qué la equidad en ciencia no es solo deseable, sino urgente:
«Esto es algo que he notado desde mis inicios en STEM: por el hecho de ser mujer, muchas veces no se consideran mis conocimientos como suficientes o válidos, especialmente por parte de algunos hombres. No solo lo he vivido yo, también lo he visto en otras mujeres. Tenemos que esforzarnos el doble para que nuestras ideas sean escuchadas o para que se reconozca que estamos capacitadas.
Me he enfrentado a rechazos simplemente por ser mujer. Por ejemplo, en algunos hackatones he intentado integrarme a equipos, pero no recibo respuesta. Luego veo cómo se desarrollan esos grupos y resulta evidente que el motivo de exclusión tiene que ver con el género.
A esto se suma mi origen latino. Muchas veces he notado rechazo hacia mi apellido o hacia el hecho de ser mexicana. He llegado incluso a evitar decir de dónde soy, porque en cuanto lo menciono, la gente se forma una idea limitada sobre mis capacidades. En algunos casos, ni siquiera saben dónde está México, pero aun así me prejuzgan».
A pesar de estas barreras, Claudia ha encontrado formas de transformar la exclusión en motivación. Un ejemplo claro de ello fue su participación en el hackatón organizado por Zaiku Group Ltd, donde, como parte del equipo dotQ, obtuvo el segundo lugar por el desarrollo de un modelo híbrido cuántico-clásico aplicado a la genómica. Este logro no solo valida su capacidad técnica, sino que también desafía directamente los prejuicios que enfrentó.
Después de años forjando caminos en la computación cuántica en México y enfrentando barreras estructurales, Claudia Zendejas-Morales nos recuerda que la clave es no abandonar la curiosidad.
«Yo les digo a las jovencitas que se animen a entrar en el mundo de la computación cuántica. Mucha gente escucha el término “cuántico” y se espanta sin realmente conocer el tema. Pero lo importante es atreverse a involucrarse. Afortunadamente, hoy existen muchos caminos distintos, en diferentes niveles, para comenzar a aprender.
Si te falta física, se aprende. Si no sabes programar, se aprende. Si no hablas inglés, también se aprende. Lo esencial es no dejar a la deriva nuestras curiosidades: hay que atenderlas, explorarlas, buscar respuestas.
México está sembrando las bases para una comunidad cuántica sólida, colaborativa y conectada con el mundo. Y cualquiera puede ser parte de esta era tecnológica».
Refences
Kottmann, J. S., Alperin-Lea, S., Tamayo-Mendoza, T., Cervera-Lierta, A., Lavigne, C., Yen, T., Verteletskyi, V., Schleich, P., Anand, A., Degroote, M., Chaney, S., Kesibi, M., Curnow, N. G., Solo, B., Tsilimigkounakis, G., Zendejas-Morales, C., Izmaylov, A. F., & Aspuru-Guzik, A. (2021). TEQUILA: a platform for rapid development of quantum algorithms. Quantum Science and Technology, 6(2), 024009. https://doi.org/10.1088/2058-9565/abe567
Maldonado-Romo, A., Zendejas-Morales, C., Escalante-Ramírez, B., Olveres, J., Pedraza, I., Maldonado-Romo, J., & Yaljá Montiel-Pérez, J. (2024). *Forging pathways: Quantum computing initiatives in Mexico*. In 2024 IEEE International Conference on Quantum Computing and Engineering (QCE) (pp. 104–111). IEEE. [https://doi.org/10.1109/QCE60285.2024.20465](https://doi.org/10.1109/QCE60285.2024.20465)