Viendo el futuro con el lente de la cuánticas: Guía de Elena Yndurain para navegar por la próxima revolución tecnológica
Entrevista a Elena Yndurain, estratega especializada en transformación digital y tecnologías emergentes, autora de libros, directora de producto en Microsoft, profesora honoraria en la Universidad Carlos III de Madrid, profesora adjunta e investigadora principal en tecnologías cuánticas en el IE Business School.
En las últimas décadas, hemos sido testigos de una sorprendente ola de nuevas tecnologías que han remodelado industrias, transformado nuestros hogares y cambiado nuestra forma de ver el mundo, desde el auge de Internet hasta los avances en inteligencia artificial. Ahora, se vislumbra otro avance revolucionario: la computación cuántica. Durante mucho tiempo considerada como algo propio de la ciencia ficción, comentada en voz baja en círculos académicos y objeto de especulaciones en artículos de opinión, en los últimos años la computación cuántica ha ido entrando silenciosamente en el mundo real. Las empresas, los gobiernos y los laboratorios de investigación compiten ahora por explorar sus capacidades, desde la modelización del clima hasta el descubrimiento de fármacos. Y a la vanguardia de hacer que la computación cuántica no solo sea comprensible, sino también aplicable, se encuentra la Dra. Elena Yndurain, visionaria tecnológica, profesora y autora del libro Quantum Computing Strategy: Foundations and Applicability (Estrategia de computación cuántica: fundamentos y aplicabilidad).
La carrera profesional de Elena comenzó en el ámbito de la consultoría, antes de pasar a desempeñar funciones en la industria, donde a menudo se le encomendaba la tarea de introducir nuevas tecnologías en el mercado antes incluso de que la gente supiera que las quería.
«Empecé con la web, la nube, las aplicaciones, los dispositivos móviles y la inteligencia artificial, y creé nuevas categorías de productos basadas en cada nueva tecnología. Por ejemplo, cuando aún no existían las aplicaciones, creé toda una categoría para vincular la investigación y el desarrollo con el mercado. ¿Cómo se introduce este nuevo producto en el mercado? ¿Cómo se crea un mercado para él? Yo creé todo el proceso», aclara Elena.

Cómo detectar los agentes de cambio en sus inicios
A lo largo de una carrera que abarca décadas y continentes, Elena ha analizado las tecnologías emergentes a medida que se desarrollaban en los laboratorios, imaginando sus posibles aplicaciones y tendiendo puentes entre la investigación y la industria, un trabajo que exige una combinación poco habitual de conocimientos técnicos, perspicacia empresarial y una gran dosis de imaginación.
«Lo más emocionante era imaginar lo que se podía hacer con una tecnología concreta. Tenía que imaginar lo que la gente podría hacer, pensar en las posibilidades», explica Elena con entusiasmo.
Sin embargo, por muy fascinante que fuera su papel en el ámbito tecnológico, a menudo se encontraba nadando contra corriente. «Cuando lanzamos las aplicaciones, fue un trabajo un poco solitario, en el sentido de que nadie entendía lo que yo estaba haciendo». A lo largo de sus años en el sector, Elena fue testigo de cómo los gigantes de la industria rechazaban innovaciones que pronto redefinirían mercados enteros, momentos en los que el futuro llamaba a la puerta, pero pocos reconocían el sonido.
«Tengo una lista de famosas últimas palabras de grandes empresas, como nadie va a utilizar la nube o ¿para qué queremos una aplicación? Mucha gente no entendía que el smartphone tenía que ver con las aplicaciones. Recuerdo que cuando trabajaba con Nokia, me preguntaron: » ¿Cuántos teléfonos vamos a vender? Y yo les decía,» no se trata de vender a corto plazo, sino de vender aplicaciones«».
Identificando la próxima gran innovación
El primer encuentro de Elena con la computación cuántica fue igualmente visionario: «Cuando IBM abrió la nube para su ordenador cuántico en 2016, recuerdo haber pensado: «Esto es el futuro, esta es la nueva tecnología«».
Para desarrollar plenamente una visión clara, Elena se propuso profundizar su comprensión de las tecnologías cuánticas, aun sabiendo que ello exigía una sólida base en física. Abordó este reto con humildad, iniciativa y un compromiso inquebrantable con el aprendizaje continuo.
«Pensé: tengo que entender esto; así que leí libros, hice cursos… Cuando trabajaba [como profesor] en la IE Business School, creé un curso para impartir y esa experiencia me obligó a comprenderlo en profundidad».
De una niña precoz con ganas de aprender a líder mundial en computación cuántica en IBM
Con solo 11 años, la madre de Elena la inscribió en un curso de programación informática de verano. Era la alumna más joven de una clase en la que incluso había estudiantes universitarios. Ese primer encuentro con la capacidad de un ordenador para seguir sus instrucciones despertó en ella una pasión que la llevó a destacar en informática, a estudiar matemáticas como doble especialidad en la Universidad de Michigan, a realizar posteriormente un doctorado centrado en la inteligencia artificial y, finalmente, a convertirse en pionera en la industria de la computación cuántica, dando forma al futuro de la tecnología en IBM.
«Cuando IBM estaba creando su equipo de investigación en tecnologías cuánticas, se pusieron en contacto conmigo porque necesitaban a alguien con experiencia en el ámbito empresarial. En aquel momento, el grupo estaba formado por una mezcla de investigadores e ingenieros, pero carecían de personas que entendieran el lado empresarial. Y por eso me uní al equipo».
Durante su etapa en IBM, diseñó una forma innovadora de priorizar los casos de uso mediante el seguimiento de la evolución de sus algoritmos cuánticos subyacentes, trazando lo que podrían lograr con el tiempo y prediciendo el momento en que podrían superar a la informática clásica. Su método también sopesaba si cada algoritmo requeriría máquinas tolerantes a fallos o si podría seguir ofreciendo resultados a pesar del inevitable «ruido» de los sistemas cuánticos actuales. Este marco prospectivo proporcionó a las organizaciones una vía clara y estratégica para decidir qué proyectos cuánticos llevar a cabo y cuándo.

«En IBM, trabajé con una empresa financiera en la elaboración de un mapa de sus aplicaciones a los problemas de la industria, ayudándoles a priorizarlos. Por lo general, las empresas no tienen el tiempo ni los recursos para probar todas las ideas, por lo que se me ocurrió un método flexible para clasificarlas. Creé un gráfico en el que el eje X representaba el tiempo y el eje Y medía la ventaja cuántica [el punto de inflexión en el que los ordenadores cuánticos superan a los sistemas clásicos en tareas específicas]».
Introducir una tecnología disruptiva como la computación cuántica en el mercado requiere algo más que conocimientos técnicos: exige un profundo conocimiento de los clientes, sus necesidades y el valor que se les puede aportar. Elena aportó precisamente esa capacidad, combinando curiosidad, humildad y una mentalidad global, con la habilidad de adaptar las soluciones a las circunstancias únicas de cada cliente.
Educar a la próxima generación y hacer accesible la física cuántica para todos
Polifacética y llena de energía, la carrera de Elena abarca tanto la industria como el mundo académico. También es profesora en la Universidad Carlos III y en el IE Business School de Madrid, donde enseña estrategias en tecnología, computación cuántica y transformación digital a ejecutivos, estudiantes de máster y estudiantes universitarios. Su filosofía docente se centra en hacer accesibles los conceptos abstractos, utilizando analogías del mundo real y aplicaciones industriales para tender puentes entre la teoría y la práctica.

Por eso, conectar la ciencia compleja con el impacto en el mundo real es fundamental en el nuevo libro de Elena, Estrategia de Computación Cuántica: Fundamentos y Aplicabilidad.
«Un día, un profesor de física cuántica me dijo: deberías escribir un libro, necesitamos un libro que combine los negocios con la cuántica; pensó que yo era la persona adecuada para escribirlo».
Escrito originalmente en un inglés no técnico, utilizando analogías, ayudas visuales y comparaciones con el mundo real para hacer accesible el material, su libro explica algoritmos cuánticos esenciales, junto con resúmenes de modalidades de hardware y marcos de programación. Categoriza los problemas más adecuados para la cuántica —que abarcan simulaciones, optimización, IA y comunicaciones seguras— ayudando a los lectores a identificar casos de uso en sus propios sectores.
«Mi libro no es solo para expertos en STEM, sino también para cualquier persona que sienta curiosidad por el potencial de la computación cuántica: desde inversores, responsables de la toma de decisiones y responsables políticos hasta educadores, profesionales de otros campos e incluso aquellos que se dedican a la tecnología y saben poco sobre cuántica».
El libro también explora cómo la computación cuántica puede abordar problemas específicos en once sectores, como el aeroespacial, la eficiencia energética y la agricultura.
La soledad de ser mujer en STEM
Ninguna entrevista con Elena estaría completa sin explorar su experiencia como mujer en el negocio de la tecnología. Desde sentirse aislada en equipos dominados por hombres hasta encontrarse con prejuicios en la contratación y los ascensos, ha soportado y presenciado barreras persistentes.
«Nosotras, como mujeres, nos enfrentamos a muchos retos en STEM. Como somos tan pocas, siempre es un poco difícil crear vínculos o apoyos. A veces me siento aislada porque los equipos no nos consideran realmente con las mismas capacidades, pero lo que también he visto es que, a veces, son los hombres los que nos ayudan», comenta Elena. «En el mundo académico, está bastante mal; los estudiantes tienden a ser menos respetuosos. Además, si eres mujer e intentas ser dura, piensan que estás siendo demasiado dura, pero con los hombres no pasa nada».
En puestos de liderazgo, ha defendido la contratación justa y la igualdad salarial para las mujeres, a menudo guiándolas en el arte de la negociación. Destaca la importancia de los aliados:
«Una vez, en una Startup, tuve que presionar mucho para que una mujer consiguiera el puesto que realmente merecía. Querían contratarla para un puesto inferior al que justificaban sus cualificaciones. El comité quería elegir en su lugar a un hombre con mucha menos experiencia. Había luchado por ello; había luchado mucho. Cuando era jefa de innovación, contraté a muchas mujeres en el equipo, y siempre les ayudé a pensar en su trayectoria profesional y a no ser tímidas y negociar para asegurarse de que conseguían lo mejor para ellas. Sé que las mujeres dudamos a la hora de negociar, creemos que no nos lo merecemos».
Si la carrera de Elena enseña una lección, es que el futuro pertenece a quienes están dispuestos a imaginarlo y luego trabajan duro para hacerlo realidad.
For general questions about IYQ, please contact info@quantum2025.org. For press inquiries, contact iyq2025@hkamarcom.com.